Poder cuidar a un bebé es una tarea que requiere de cierto compromiso. No es una tarea sencilla, sino que se tiene que prestar atención a muchos aspectos. Generalmente, es la mujer la que tiene que cumplir mejor las normas que se explicarán a continuación, ya que empiezan a tener los hábitos del cuidado en el proceso de la gestación. Esto se acrecienta aún más cuando en una ecografía se determina que no hay un sólo bebé en la panza de la madre, sino que hay dos, o tres, o aún más, aunque no suele ocurrir muy a menudo.
En ese momento, el pánico domina la situación y todo se hace muy difícil de sobrellevar. En el primer instante es chocante saber que se tendrá más de un hijo, ya que puede no estar en los planes de los padres. Sin embargo, con el paso de los días la noticia empieza a ser bien tomada y la felicidad se empieza a hacer presente en el hogar.
La única preocupación que puede surgir de esta situación son los gastos que hay que afrontar para poder hacer las cosas a la perfección. En este sentido, hay que hablar acerca de la lactancia, el baño, la estimulación, el cambio de pañal, el llanto, la alimentación complementaria, el sueño y muchas cosas más. Algunas de ellas requieren de un gran capital, mientras que otras parten del ámbito del sacrificio personal que hay que hacer. Al menos, en los primeros años de vida.
Para finalizar, hay que decir que el crecimiento y el desarrollo de los jóvenes cuando son mellizos o gemelos es exactamente el mismo. Esto significa que todos los cuidados que se tenían pensado dar, se tendrán que seguir cumpliendo sin generarle una mayor cantidad de tareas. La única diferencia es que se tendrá que trabajar el doble.
