Pues sí, hace unos días fui a buscar al peque a la guardería y cual fue mi sorpresa cuando su cuidadora me dice que Luis a pegado a un niño. Me quedé estupefacta, siempre pensé que mi hijo era un crío muy sensible y dulce y que cuando se metiera en problemas con otros niños, estos le acabarían pegando.
Yo que creía que tendría que estar protegiendo a mi pequeño para que nadie le hiciera daño…
¡ Qué equivocada estaba!, mi pequeño del alma había pegado a un amiguito y cuando le pregunté por qué lo había echo me dijo: mamá, Antonio es feo.
Le había pegado porque era feo. De pronto vino a mi mente la cantidad de niños que sufren una discriminación burtal por algo parecido a lo que me decía mi hijo y pensé que debía ponerme manos a la obra para que no volviera a hacer aquello.
Así que a partir de ese día, en mi casa todo es de color de rosas. Mi marido y yo si tenemos alguna bronca o estamos enfadados por algo, nunca se lo demostramos. No queremos que nuestro hijo piense que lo más normal del mundo es ir pegando a las personas por cualquier tontería.
Los árboles hay que enderezarlos desde que son pequeñitos porque cuando son grandes ya no se pueden enderezar.