Darle el pecho al bebé, una maravillosa experiencia

Darle el pecho al bebé, una maravillosa experiencia

El momento de darle el pecho a su hijo es uno de los más esperados por las flamantes madres, sobre todo las primerizas, ya que es el instante en el cual se sienten más cerca de su bebé, y en el cual al alimentarlo comienzan a generar una relación muy especial, reanudando aquella dependencia que el niño vivía desde el interior del vientre. Cuanto más frecuente sea la cantidad de tomas del niño, más se estimulará la producción de leche materna, ya que la cantidad se ajusta a lo que el niño toma.

La leche de la madre también varía a lo largo del tiempo, y para cada uno de los cambios tiene en cuenta las necesidades del niño; así es como en los primeros días el tono de la leche es más amarillenta, lo cual es producido por la mayor cantidad de proteínas y sustancias antiinfecciosas que requiere el bebé. Luego aparece la leche madura, que puede ser de aspecto más “aguado” al principio, ya que es promediando el final de la toma el momento en el que la leche aumenta su contenido en grasa.

Un punto importante será el de no darle al bebé en un principio chupetes ni biberones, ya que el chupar una tetina no es igual que chupar el pecho de la madre, por lo que el niño puede confundirse y tomar el pecho con menor eficacia. Esto también traería problemas para la madre, ya que esta acción puede causar grietas en el peón, mastitis y hasta falta de leche en algunos casos. Otra contraindicación es el uso de pezoneras, ya que las mismas acortan el período de lactancia y hacen bastante incómodo el proceso.

En cuanto a la frecuencia de las tomas, durante los primeros días de vida lo mejor será intentar que el niño realice alrededor de 8 tomas en 24 horas; será importante que no se limite la duración de ninguna de ellas, porque de esa forma coartarían al bebé, que muy probablemente no quede satisfecho en estas situaciones.

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