Una de las cuestiones más difíciles para los futuros padres al momento de enterarnos la buena nueva de un embarazo, es el hecho de comenzar a pensar en quiénes cumplirán la función de padrinos de su hijo; este tipo de decisiones suele ocupar muchos días de reflexión y noches de desvelo, buscando la mejor opción y la más acertada elección, ya que los padrinos no adquieren simplemente un título de parentesco, sino que también adquieren la responsabilidad de hacerse cargo del pequeño niño en caso de la ausencia de sus padres.
Muchos a la hora de elegir a los padrinos recurren a la decisión tradicional, moda que ha pasado de generación en generación, y que implica el hecho de que para el primer hijo, el abuelo paterno y la abuela materna oficien de padrinos; para el segundo, el abuelo materno y la abuela paterna serían los elegidos, y en el caso del tercer niño, los padrinos serían el hermano del padre y la hermana de la madre. En el caso de tener más hijos, la elección comienza a incluir al resto de familiares y amigos de la pareja.
En este tipo de elecciones tradicionales, suele evitarse la mezcla de familiares y amigos, aún si falta alguno de los familiares antes mencionados, debido a que se intenta evitar uniones dispares a la hora del padrinazgo, como por ejemplo alguno de los abuelos con algún amigo de la pareja.
El caso es que hoy en día este tipo de tradiciones puede verse algo relegada, debido a que en la actualidad las parejas suelen tener hijos cada vez más grandes, por lo cual al momento de cumplir la función de padrinazgo (la de hacerse cargo del niño en ausencia de los padres), los abuelos pueden ser demasiado mayores como para poder realizar esa tarea satisfactoriamente.
Lo importante es tomar la decisión a conciencia, sabiendo que la persona que resulte elegida podrá cumplir con el niño, estar presente en sus momentos más importantes,, y crear con el una importante relación.
