Es una de las tareas a los cuales los padres primerizos le tienen más miedo y más rechazo; además de ser de las labores que más tiempo les llevará, ya que normalmente tiene una frecuencia de alrededor de ocho veces al día los primeros meses, implica una serie de cuidados y recomendaciones básicas para ser realizada de forma correcta, y no causarle ningún tipo del problema al bebé. El hecho de cambiar el pañal del bebé es un ritual muy importante, ya que es fundamental realizarlo con medidas extremas de higiene para así evitar tanto problemas dermatológicos como de infección.
Lo más recomendado es cambiar el pañal del niño al despertar, antes de acostarlo, luego de alimentarlo, en los momentos en los que se lo note molesto, y también cuando tengamos la certeza de que el pañal ya está sucio. Es importante elegir los modelos de pañal que se ajusten a la anatomía del niño, y además hay que tener en cuenta que está desaconsejado el uso de los polvos de talco.
Por otro lado, es importante que el momento de cambiar el pañal se vuelva para el bebé un instante agradable, de juego y divertido; esto hará que padres e hijos se sientan más cerca, y además se logrará cambiar un poco el carácter rutinario de la acción. A medida que transcurren los meses, el bebé suele volverse más inquieto, y es por eso mismo que es necesario buscar diferentes cosas y atracciones para distraerlo, como juguetes del estilo de sonajeros, muñecos, entre otras cosas.
Cuando se produce la llegada del invierno, el niño quizás tenga algo de frío al ser apoyado directamente en el plástico del cambiador para ser cambiado, es por eso que lo mejor será extender una toalla sobre la superficie del mismo.
De esta forma, hemos conocido algunos trucos para que la hora del cambio de pañal sea más divertida.
