El bebé ha nacido, y es un hecho más que festejado por toda la familia. El hecho de contar con un nuevo integrante en el seno familiar suele ser motivo de celebración durante varios días, pero así como pasa con cualquier acontecimiento importante en nuestras vidas, en algún momento es necesario volver a la rutina, y en ese momento es cuando el apetito sexual que se había perdido durante el embarazo vuelve a manifestarse con más fuerzas.
Ahora bien, es sabido el hecho de que durante unos meses la madre estará durante el período de lactancia del bebé, por lo cual es desaconsejable el hecho de utilizar métodos anticonceptivos hormonales, por lo que las pastillas anticonceptivas están contraindicadas. Aún así, hay varias formas de cuidarse de un nuevo embarazo durante esta etapa, sin afectar a la alimentación del recién nacido y garantizando un buen grado de protección.
En primer lugar, lo más recomendado será la utilización del preservativo, un método anticonceptivo de barrera que es extremadamente efectivo y que además no representa ningún tipo de riesgo para el niño ni para la madre. Es ideal para los momentos de posparto y la lactancia. Además, otro método recomendado será el diafragma, que no genera ningún inconveniente durante la lactancia, pero que sólo puede utilizarse un mes o dos después de que la mujer dio a luz.
En el caso del DIU, también es compatible con la lactancia, pero sólo puede colocarse ocho semanas después del parto, luego de que el útero ha vuelto a su posición original. Además, otra opción serán las minipíldoras, que si bien son anticonceptivos hormonales, sólo poseen progesterona (los que además poseen estrógeno reducen la producción de leche). Para utilizar este método será recomendable esperar alrededor de seis semanas después del puerperio.
