Uno de los momentos más complicados a los cuales nos enfrentamos cuando traemos un hijo al mundo es el hecho de lograr que el pequeño concilie el sueño, de manera que pueda dormir un tiempo prolongado, y de esa manera generarle una rutina de sueño a la cual pueda adaptarse fácilmente. Esta es sin dudas una difícil tarea, y debemos saber que existen algunos tips o consejos que pueden ayudar a resolver de la mejor manera esa cuestión.
En los primeros momentos, lo más recomendable para nuestro hijo es que duerma cerca de los padres, es decir de nosotros, por el simple hecho de que deberá ser alimentado cada dos o tres horas, además del hecho de que estaremos mucho más tranquilos en el caso de que llore o se despierte. Las mejores opciones serán el utilizar un moisés, que puede ser fácilmente trasladado por toda la casa, lo que lo constituye como una excelente opción para tener cerca al niño durante el día, mientras realizamos las tareas cotidianas.
El único problema con el moisés será el hecho de que a los tres meses puede quedarse pequeño, por lo que a veces puede ser mejor el adquirir desde un primer momento una cuna, que si bien al principio puede parecernos algo grande, hay que tener en cuenta que el niño crecerá y lo mejor para él será contar con un buen espacio. De hecho, hay algunas cunas que pueden servirle al niño hasta los dos años.
Por otro lado, una buena opción provisoria será el dejar que el niño duerma en la propia cama de la pareja, sobre todo en el momento en el que aún estamos amamantando. Algunos estudios demuestran que los niños que duermen con sus padres regulan de mejor manera su respiración y su temperatura corporal.
De esta forma, estaremos más tranquilos a la hora del sueño de nuestro bebé.
