En cuanto te sepas de memoria las cosas que tienes que coger antes de salir de casa y la ropa que debes poner a tu hijo para que se sienta a gusto, el paseo se convertirá en uno de los momentos más placenteros del día tanto para ti como para él. A ti te vendrá muy bien porque te mantendrá entretenida, te ayudará a perder esos kilos de más que aún te quedan del embarazo, te facilitará los encuentros con otras personas, evitando que te centres sólo en el cuidado de tu bebé, y te subirá el ánimo.
Más sano y despierto.- En cuanto a tu pequeño, el paseo le beneficiaré por múltiples razones:
* La luz del sol (no sol directo) le ayudará a sintetizar la vitamina D, que fija el calcio a los huesos, y mantendrá a raya sus niveles de bilirrubina.
* El aire puero le oxigenará mejor y llegará a casa con más apetito.
* Durante el recorrido irá recibiendo diferentes estímulos, muchos más que en casa (calorcito, fresco, ruido, distintas intensidades de luz…), y ésta es una experiencia básica para el desarrollo de sus sentidos y de su inteligencia.
* El traqueteo del cochecito le recordará a su vida intrauterina, cuando era mecido constantemente por tus movimientos, y le producirá una agradable sensaión de bienestar, que le ayudará a adaptarse antes a su nuevo ambiente. Esta vivencia será aún más intensa para él si le llevas en el marsupio, pegado a ti, algo que podrás hacer o no según cómo te estés recuperando del parto.
Raquel (Nhey)