UNA RUTINA A TIEMPO (1)

La rutina es muy beneficiosa para el niño. Los acontecimientos previsibles del día a día le dan seguridad en un mundo lleno de cambios.

La vida de hoy es muy ajetreada para el nió. Su jornada está abarrotada de idas y venidas: al centro escolar, a las tiendas, al parque, al pediatras… Todo ello le produce una diversidad de impresiones que le abruman. Las rutinas suponen para él un descanso en su partrado día. Y además…

1.- Le proporcionan confianza y bienestar: Un estudio demonstró que los bebés inquietos, después de seguir una semana de rutinas fijas, estaban más serenos y lloraban un 50 % menos. Ocho semanas después de seguir así, se mostraban tranquilos casi siempre. También los niños se comportan peor los lunes, porque han roto su rutina en el fin de semana.

2.- Le evitan someterse a normas sin cesar: Los padres de un niño que sigue siempre la misma rutina no necesitan imponerle normas continuamente, porque el pequeó conoce de sobra la secuencia de pasos a seguir. Las rutinas no erradican sus protestas, pero si le facilitan las cosas y le llevan a realizar todo de forma más armoniosa.

3.- Le anticipan lo que va a ocurrir: «Cuando me despierto viene mamá y me da la toma. Luego me duermo otra vez». Así puede ir organizando su mundo interior (al tiempo que tú organizas mejor tu vida cotidiana).

4.- Le alivían ante las dificultades: Dos ejemplos:

  • Si tu hijo tiene miedo a quedarse solo en su cuarto, quédate un rato con él y luego déjale una foto tuya, para que le acompañe.
  • Si tiene celos del hermanito, dedícale todos los días un rato en exclusiva. Así tolerará mejor su nueva situación.

La rutina es importante en todas las etapas de la infancia, aunque de modo distinto. En los próximos días lo iré citando en las edades comprendidas de 0 a 5 años.

Raquel (Nhey)

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