DE 4-5 Años.- A esta edad el niño lleva una vida de actividades: el colegio, los deberes, los hobbies extraescolares… Las rutinas, sobre todo la de la mañana y la de la noche, le ayudan a salir a tiempo de casa y a acostarse a una hora razonable. Y este logro hay que valorarlo, y mucho, porque no es algo que salga espontáneamente de él.
Los niños tienen un reloj interno lento y no saben darse prisa. El tuyo no es una excepción. Se levanta y se viste «a paso de tortuga» no para enfadarte, sino porque sus habilidades psicomotoras no le permiten correr más. Él se centra sólo en el ahora, en el momento presente. Por eso se distrae con facilidad (recogiendo un juguete, intentando atarse el cordón), en luugar de vestirse para llegar pronto al colegio. Facilítale las cosas por la mañana poniendo el despertador un poco antes. Y por la noche, dejando preparadas su ropa y su mochila y obligándole a acostarse a la hora convenida. Si duerme lo que necesita, no le costará madrugar, estará más receptivo y aprenderá más en el colegio.
Además, ten presente que a esta edad la rutina de cenar todos juntos le hace sentirse «miembro adulto» de la familia, algo que contribuye a aumentar su autoestima.
Raquel (Nhey)
