A pesar de que en muchos lugares del mundo un suceso así no sería posible, debido a que este tipo de prácticas es ilegal, en Estados Unidos estos casos son cada vez más frecuentes: el hecho de tener un hijo con una madre de alquiler es una práctica habitual en ese país, y es la solución para muchas parejas que tienen algún tipo de inconveniente para ser padres.
Sin embargo, y a pesar de ser de alguna manera parte de la cotidianeidad de los habitantes de Estados Unidos, nunca se había dado una variante semejante en estos casos.
Ocurrió en Chicago el pasado 11 de febrero, y desde entonces se ubica dentro de los sucesos históricos de la medicina: es un caso de extrema excepcionalidad, ya que la madre de alquiler en esta especial ocasión es la propia abuela de la criatura recién nacida.
La cuestión que originó tal suceso tuvo su comienzo en el año 2004, momento en el que Bill Lee y Sara Connell tomaron la decisión de convertirse en padres por primera vez; tras haberlo intentado por un tiempo, intentaron un tratamiento de fertilización en el Instituto de Medicina Reproductiva de Evanston. La tragedia llegó a la familia Connell en el momento en que Sara dio a luz a unos gemelos sin vida. La historia se repitió cuando, luego de un tiempo de estar embarazada, Sara sufrió un aborto involuntario.
Así, la madre de Sara decidió ayudar a la pareja para que pudieran traer su bebé al mundo: Kristine Casey, la flamante abuela de 61 años, fue quien prestó su útero para gestar al bebé de Bill y Sara. De esta manera, Kristine dio a luz a Finnean Lee Connell el pasado 11 de febrero, mediante cesárea.
Además de ser una historia absolutamente conmovedora, genera ciertas controversias, ya que el bebé es a la vez hijo y nieto de la misma mujer.
